Me permito una breve reflexión en torno a Sísifo y su piedrecita.
Este muchacho me ha servido siempre para explicar múltiples cosas y para cuestionar otras. Siempre he considerado un error el que se le considere como la caricatura de la desdicha, el destino y el castigo perpetuo. No creo en nada de eso.
Sin embargo, hoy frente a un inminente control de lectura que me ha exigido más de lo acostumbrado, me vi sisifiando en la vida: estaba feliz de la vida trasladando mi piedra monte arriba creyendo haber encontrado la famosa vocación que hace libre a Sísifo.
Me he tenido que exigir mucho mas... entonces se me apareció Marzo en la forma de una pregunta: ¿Será que estaba siendo mediocre? Peor, ¿por qué sufro tanto al tener que exigirme más? No me vayan a salir con la sorpresita de que la mediocridad me acomoda.
Quise morir por un segundo y me repuse.
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